Como decíamos en la primera parte de este artículo (enlace a la 1ª parte del artículo), tanto las ratas, como los ratones aparecen con más frecuencia de la que desearíamos en nuestras vidas, lo que de por sí ya supone un gran problema.
Las herramientas que tenemos disponibles para poner coto a estos «merodeadores» son muy variadas, pero en esta segunda parte del artículo nos vamos a centrar en aquellas que no contienen productos químicos y que son más sencillas de usar, lo que no quita para que sean de gran eficacia. Estas herramientas son, los cepos y las trampas adhesivas de rata o de ratón.
Si nos hemos topado con el problema de roedores, tendremos una idea clara de las zonas por las que han andado, bien por los restos y heces que han dejado, bien por la comida medio mordida y toqueteada. Este dato es de vital importancia a la hora de combatir a esta plaga, ya que estas serán las zonas adecuadas para colocar nuestras trampas o cepos. Hay que tener en cuentan que tanto ratas como ratones, son muy tímidos y prefieren ir pegados a muros o paredes para tener al menos ese flanco protegido contra cualquier amenaza. Por tanto, cuando vayamos a colocar nuestras trampas, debemos elegir un sitio de paso de los roedores próximo a una esquina o pegado a la pared.
Otra de las áreas preferidas, son las zonas cercanas a las fuentes de comida que no cuentan con una protección específica como puede ser un frigorífico. Por ejemplo, fruta en un frutero, legumbres (alubias, lentejas, garbanzos, …) en bolsas de plástico o tela, pan en la panera, embutidos colgados de la pared, … todos ellos pueden ser objeto de atracción de roedores y fuente de problemas. Tanto las trampas adhesivas como los cepos son perfectos para este tipo de control, únicamente será necesario colocarlos en las zonas de acceso que han utilizado los roedores y esperar a capturarlos. Siempre es conveniente, colocar algo de cebo, especialmente en los cepos para ayudar a incrementar su eficacia.
Las ventajas de este tipo de métodos de control es la inocuidad y la seguridad de cepos y trampas, ya que por muy cerca que los coloquemos de la comida, es altamente improbable que esta se vea afectada. Por otro lado, los cepos y las trampas adhesivas, tienen la contrapartida de que habremos de retirarlos cuando hayan capturado a un roedor, lo que para muchas personas supone un gran esfuerzo.
Los cebos raticidas que contienen productos biocidas, nunca se han de colocar cerca de la comida por la posibilidad de que la contaminen y que posteriormente nosotros la ingiramos. Eso si, nos ofrecen la ventaja de que rara vez encontraremos a los roedores muertos, ya que estos cuando se ven debilitados por la acción del «raticida» procuran esconderse en su madriguera, bien protegidos esperando a poder superar su debilitado estado de salud.